“ Las guerras no termina mientras los vencidos sean esclavos. solo duermen”
Dirigida Por Jorge Eines y escrita por Jose Ramón Fernández, con la interpretación de Raúl Óxido y Belén Lázaro con el estreno de Babilonia se estrena la gira del Foro de intelectuales, artistas y profesionales de Recortes Cero por varias ciudades de España. Tras la representación se abrió un interesante debate con el director, el autor y los actores.
Ubicada en la antigua Babilonia, la obra de teatro nos habla de la historia de dos mujeres Amyitis, la reina de Babilonia, y Alitza, joven e inocente esclava judía. Un viaje conmovedor, en el que estas dos mujeres vulnerables enfrentan el peligro y la muerte , invierten sus roles de ama y sierva y, en última instancia, niegan esa desigualdad en el reconocimiento de su humanidad común y su compartido deseo de paz.
Con esta actividad el Foro quiere poner en marcha una tradición de actividades como La Barraca de Lorca en el que el arte llegue al conjunto del público y sea motivo no sólo de admiración sino de discusión y conciencia. El dramaturgo José Ramón Fernández, autor del texto, nació en Madrid en 1962. Se licenció en Filología por la Universidad Complutense. En 1993 recibió el Premio Calderón de la Barca por la obra Para quemar la memoria y en 1998 fue finalista del premio Tirso de Molina por La tierra, representada recientemente en el teatro Valle-Inclán. En 2003 recibió el Premio Lope de Vega por Nina, obra por la que también fue propuesto al premio Max 2006, galardón que ya recibió en su edición de 2002 por su obra Las manos, perteneciente a la Trilogía de la juventud. Ha participado en varios trabajos dramatúrgicos colectivos y también sobre textos ajenos. Sus obras han sido traducidas al inglés, francés, italiano, árabe, polaco, rumano y griego. Actualmente trabaja en el Centro de Documentación Teatral del Ministerio de Cultura e imparte cursos de escritura dramática en el Laboratorio William Layton de Madrid
La Reina se plantea el dilema entre enfrentarse a los persas o rendirse y convertir a su pueblo en esclavo. ¿En que medida recorre esta contradicción la obra?
Al presentar esos dos discursos de la Reina quería marcan un personaje poderoso que nos resultase cercano. Es un personaje que se encuentra ante la dicotomía de declarar la guerra a los persas o entregar a su pueblo. Ella es una reina consorte, es quién tiene el poder pero es quien ha recibido el poder de un modo que algunos pueden cuestionar. De repente es el Estado y tiene que enfrentarse como los héroe clásicos a a un destino mayor que sus fuerzas.
Me parecía importante presentar el conflicto de la reina para que el público se pregunte también ¿qué haría yo si me encontrase en esa situación?
Cuando escribí el texto tuve presente cómo en el desembarco de Normandia los generales ya habían calculado el numero de soldados muertos. Es tremendo enfrentarse a las consecuencias de las decisiones que se toman. En todas las guerras hay dos bandos: los que toman las decisiones y las que las sufren y me parecía muy interesante que en la obra estos dos planetas se toquen.
¿Por que has elegido dos personajes femeninos como protagonistas de la guerra?
He trabajado con un estereotipo. Una mujer me permite hablar de la sociedad civil. Es parte de nuestro imaginario. Si pensamos en una guerra la primera imagen que veo es la mujer con el niño en brazos de Guernica. Me parecía interesante juntar a la reina y la esclava en una situación de igualdad.
Según avanza la historia se borran las diferencias de clase entre los dos personajes.
Amyitis es una reina con poder absoluto y Alitza es la esclava de las esclavas que sirve a las esclavas que lavan a la Reina. El juego es ir durante el camino encontrando a esos personajes. En España tenemos cierta tradición, el Quijote se sanchifica y Sancho se quijotiza . Estos dos personajes van encontrándose el uno a otro y van desarrollando lo que para mí es un arma de defensa masiva: la compasión
La relación entre la reina y la esclava es casi una historia de amor.
Es el encuentro con el otro; la necesidad del otro. Lluis Llach canta” Aprender que soy solo si tu existes y es esa la medida la que quiero y me define” . Lo menciono muy a menudo porque lo adoro, uno cree que escribe siempre historias muy distintas y luego te salen situaciones muy similares.
Describes de una manera muy brutal las guerras imperiales. La reina dice “Las guerra no terminan mientras los vencidos sean esclavos”
La humillación es una brasa permanente que queda tras cada conflicto. Ahora Grecia es noticia, pero no se habla ya de la pobreza o los recortes sino de la humillación del país. Se echa toneladas de alquitrán sobre conflictos que quedan latentes. Juego a ubicar la historia en un territorio en el que ha habido infinitas guerras. He intentado que la reina sea un personaje inteligente que conozca los planes de sus enemigo. El invasor le dice que pueden volver a su tierra y ser libres para luego invadir el país tras la guerra civil. Son situaciones reflejo de la historia y los periódicos.
La obra se ha publicado junto con un texto sobre la tragedia del Yakolev y junto a otra obra de ficción sobre el horror de la primera guerra mundial. La primera guerra mundial respecto a las anteriores fue 100 veces más horrible. Me pareció adecuado publicar las tres obras juntas. A lo largo de tu trayectoria vuelves a los temas que te duelen y te provocan preguntas. El hecho de que las personas se entrematen, verbo inventado por Max Aub, me resulta un misterio. Porque todas las guerras son al final guerras civiles. Mi traductor serbio escribió una novela sobre la vivencia de la guerra que deshizo su país y hay cosas que uno no puede imaginar porque se borran en el camino. Por ejemplo vender medicinas caducadas para sobrevivir.
La humillación es una brasa permanente que queda tras cada conflicto
¿Cómo sobreviven los personajes al horror?
En el 2014 terminé una obra que llevaba 20 años queriendo escribir sobre los españoles en los campos de concentración nazis. Para mí había un misterio muy especial ¿ cómo combatir la barbarie? La conclusión que saque de todos los testimonios es que la única manera es viviendo. Es decir aquello que dijo Marco Aurelio: “ La manera que no me venza mi enemigo es no ser como el”. En este caso seguir viviendo sin odios. Los personajes de la historia se van a encontrando .
Pasé ratos muy malos escribiendo la obra. Me fije en dos miradas estéticas de dos genios. Por un lado Gervasio Sánchez que ha fotografiado la guerra de una manera maravillosa. Gervasio fotografiaba a personas con nombres y a apellidos y volvía a los diez años para volver a fotografiarles; y por otro lado Los desastres de la guerra de Goya que muestra el horror con absoluta certeza. Algunas de las descripciones de la obra están basadas en los grabados de Goya. Son imágenes tan horribles que crees que no pueden ocurrir pero se repiten cada día. La forma de combatir la barbarie es vivir.
¿Quieres añadir algo más?
Esa idea del encuentro con el otro que aparece en la obra también tiene que ver con la propia actividad del teatro. Me refiero a el hecho de que el texto que yo he escrito es una parte de una obra mayor en la cual hay otros trabajos artísticos como el del director de escena o de los actores. Y en este caso la mirada lúcida de Jorge Eines, un gran amigo y un gran artista en el que confío tan ciegamente que no he visto todavía ningún ensayo. El texto es un material que el director y los actores traducen y eso me da mucha libertad para escribir sin ningún pudor para buscar la palabra poética porque ellos van a saber perfectamente habitarla en el escenario
El reparto es sorprendente. Los textos saben cosas que el autor desconoce. Y esos misterios se encuentran en la puesta en escena y en la propia fisicidad de los personajes. Alitza es un ser distinto, extranjero y extraño porque es enormemente generoso. El reparto destaca esas características de los personajes.