Mensaje de año nuevo de Washington para Europa


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La brutal cadena de atentados en París, que han dejado un saldo de 20 muertos, merecen nuestra más rotunda condena, así como nuestra plena solidaridad con las familias de las víctimas y con todo el pueblo francés. Es un ataque criminal contra la democracia y la libertad que todos sufrimos más allá de nuestra nacionalidad, raza o religión. Los autores de estos atentados pretenden sembrar el miedo e imponer sus objetivos mediante el terror.
No lo conseguirán, porque van a encontrarse con la firme respuesta de todos los pueblos del mundo en defensa de la libertad y la paz. En este comunicado enviado por nuestras publicaciones a la embajada francesa en Madrid y a la redacción de Charlie Hebdo está concentrada nuestra posición política y de principios ante lo ocurrido.Sin embargo, una vez trascurridas las jornadas de dolor, emoción y solidaridad, ha llegado el momento de preguntarse por el verdadero significado de los ataques terroristas. Y para ello es necesario tomar una cierta perspectiva.-El lunes 5 de enero, el presidente francés Hollande declara, una semana antes de trasladarse a Kazajistán a mantener negociaciones al más alto nivel con los dirigentes de Rusia y Ucrania, que “si se avanza a propósito del conflicto en Ucrania deberán levantarse las sanciones occidentales impuestas a Rusia”.

                                     El ‘casual’ encuentro de un carnet de identidad ‘olvidado’ en el coche abandonado por los terroristas permite identificar a los autores”

-Sólo dos días después, un comando con alta preparación militar, información precisa y planificación milimétrica asalta la sede de la revista satírica Charlie Hebdo, asesinando a 12 personas. Casi simultáneamente, otro ataque en París acaba con la vida de una guardia municipal. En las 48 horas siguientes el terror se apodera de toda Francia. 80.000 policías y militares son movilizados en una auténtica caza al hombre que termina con la muerte de los 3 terroristas y otros cuatro rehenes.

-Como en los atentados del 11-S en Nueva York, el “casual” encuentro de un carnet de identidad “olvidado” en el coche abandonado por los terroristas permite identificar a los autores de la matanza y poner a las fuerzas de seguridad tras su pista.

-Poco después se conoce que uno de los autores del ataque había estado encarcelado por reclutar yihaddistas en Francia para la guerra en Irak. Pero desde hacía cuatro meses, en agosto de 2014, los servicios secretos franceses decidieron dejar de controlarlo e interceptar sus comunicaciones como venían haciendo desde 2008. Respecto al otro, la Agencia de Seguridad Nacional de EEUU (NSA) asegura haberlo detectado entrenando con Al Qaeda en Yemen.

-Una cadena de televisión francesa consigue supuestamente entrevistar a dos de los tres terroristas. Dos de ellos afirman trabajar para el Ejército Islámico. Pero el otro asegura, por el contrario, seguir las órdenes de Al Qaeda. Dicen que sus ataques estuvieron sincronizados, pero que sin embargo no hablaron entre ellos.

-El domingo día 11 por la tarde, tras la multitudinaria manifestación de repulsa, los ministros de Interior de la UE se reúnen en París. Aunque no hay acuerdos concretos, varios países, entre ellos España, deciden poner en marcha medidas de restricción de las libertades ciudadanas para garantizar la “seguridad”.
El fiscal general de EEUU convoca para el próximo fin de semana una reunión con los máximos responsables de seguridad de los principales países europeos para estudiar medidas conjuntas de “prevención”  contra el terrorismo yihaddista. Las editoriales de los grandes medios de comunicación norteamericanos se encargan de “adelantar” la agenda de la reunión : “Tal vez los europeos darán ahora un mayor apoyo a los programas de vigilancia contraterrorista montados por la Agencia de Seguridad Nacional, que fueron ampliamente condenados por los políticos y los medios de comunicación cuando fueron revelados por Edward Snowden.” (The Washington Post) “Que uno de los hermanos Kouachi estuviera en las listas de vigilancia estadounidenses debe motivar la búsqueda de una mejor cooperación y comunicación entre los aliados occidentales y de nuevas formas de lidiar con los yihadistas” (The New York Times).

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