Mad Max, Furia en la carretera


Miller describe una sociedad totalitaria donde no cabe la esperanza ni el paraíso. Sólo hay un camino; la revolución

Mad Max, Furia en la carretera no es un vulgar remake de la popular saga protagoniza por Mel Gibson. Ambientada en el mundo apocalíptico y postnuclear de Miller” Furia en la carretera” es una película genuina y extrema.

Charlize Theron interpreta a la emperatriz Furiosa un soldado que se sublevará y liberará a las cinco esposas-criadoras del despótico Inmortan Joe, un monstruoso tirano que monopoliza el agua y esclaviza al pueblo de la Ciudadela. Los hijos deformes de Inmortan, Rictus Erectus y Corpus Colossus son incapaces de asumir el poder, por eso aprisiona a unas jóvenes fértiles en una cámara de atmósfera controlada para inseminarlas y tener un heredero varón sano.

A medio camino entre un concierto de rock duro y una opera la película es una persecución constante, un viaje con un único camino hacia la Tierra Verde de las Mil madres, un oasis de libertad en el desierto de Miller. Pero Miller describe una sociedad totalitaria y fascista donde no cabe la esperanza ni el paraíso. Sólo hay un camino: tomar el poder.

  Mad Max es eclipsado por la emperatriz de élite Furiosa, interpretada por una Charlize Theron al volante. Juntos iniciaran un viaje hacia el caos y la redención.

Dirigida por George Miller y protagonizada por Tom Hardy, Charlize Theron y Rosie Huntington durante más de dos horas trepidantes Miller nos arrastra a su universo de fuego y sangre.

El director australiano George Miller debutó en 1979 con ‘Mad Max, salvajes de autopista’, primera película que marcó las claves del cine post-apocalíptico. En ella, Max Rockatansky, un policía miembro de la Patrulla de la Fuerza se enfrenta a un grupo de guerreros de la carretera en un mundo en el que gasolina escasea. Le sucedieron ‘Mad Max 2, el guerrero de la carretera’, la más aplaudida de todas, y ‘Mad Max 3, más allá de la cúpula del trueno’.

Miller imagina nuevas y delirantes formas de explotación

Miller se reinventa y pisa el acelerador en esta originalísima versión con escasas referencias a las anteriores películas. “Furia en la carretera” no es una versión crepuscular del desierto de metal de Miller sino una hipérbole del universo apocalíptico que lleva al clímax la popular saga.

  Miller convirtió a Mel Gibson en una estrella con su personaje Mad Max. Toma el relevo de Gibson un correcto Tom Hardy que interpreta al mítico personaje. Pero “Furia en la carretera” no es una nueva aventura del héroe solitario. Max , un hombre con un solo instinto, sobrevivir, ha sido capturado como "bolsa de sangre" para alimentar a los soldados del putrefacto Inmortan Joe. “Conectado” por vena al demente Nux (un niño de la guerra)la historia de Max es un simple prólogo. Max, atormentado por sus recuerdos y remordimientos, es acallado y encadenado y desprendido de cualquier rasgo humano. Sin nombre, sin rostro Mad Max, el guerrero solitario, será liberado por un convoy de mujeres capitaneado por Furiosa

La Ciudadela es una alegoría de una sociedad de clases gobernada por la muerte

¿Quién mató al mundo?

Miller imagina nuevas y delirantes formas de explotación. La mujeres fértiles son esclavizadas para dar a luz a nuevos guerreros y producir una nueva mercancía: la leche materna. Los fluidos vitales, la sangre y la leche materna, son las nuevas mercancías para comerciar y gobernar el mundo. La Ciudadela es una perfecta alegoría de una sociedad de clases mutante gobernada por la muerte. Solamente una revolución puede acaba con el poder de Inmortan Joe.

Furiosa, verdadera protagonista de la película, emperatriz de la guerra traiciona a Inmortan Joe. La mujer es el verdadero motor de cambio en el estéril desierto de Miller. Furiosa es en verdad hija de las Muchas Madres, un antiguo pueblo gobernado por mujeres. Huye buscando a sus verdaderas hermanas y madres en busca de un paraíso primigenio que ya no existe. Y es aquí donde Miller se revela genial. Miller te conduce a un callejón sin salida en el clímax de la película. Ya no es posible huir, el mundo desapareció.

Y es entonces cuando Max despierta políticamente y actúa por primera vez en la película al tomar conciencia del único camino posible.¿Que pasará con las mujeres esclavizas que se han quedado atrás?¿Y el pueblo oprimido por Inmortal Joe? ¿Y los niños de la guerra como Nux ? ¿El impulso de supervivencia no es también injusto? ¿No provoca también muerte ? ¿no reproduce acaso la explotación por inacción? Max le sugiere a Furiosa dar media vuelta y volver a la Ciudadela que ha quedado desprotegida. Furiosa y Max sellan un pacto entre iguales y regresan para acabar con el imperio de la muerte y construir un nuevo orden matriarcal más justo e igualitario que acabe con las viejas estructuras de poder. Una nueva sociedad fundada sobre unas nuevas bases que ya no es el mundo de fuego y sangre de Mad Max pero al que él dará paso.

Una lección de cine

“En esta película no hay más historia. La persecución es el centro de la cinta. El resto, MacGuffin”, dice Miller parafraseando a Hitchcock. Pura construcción cinematográfica “Furia en la carretera” es una película “muda” sin apenas diálogos. La banda sonora de Junkie XL le da a la acción el aura de una demencial ópera rock. Antes del guión cinematográfico se dibujó el storyboard al completo, al que posteriormente se añadieron los diálogos.

Rodada en el desierto de Namibia el accidentado rodaje ha durado más de 15 años. Miller lo da todo en cada uno de los planos de este frenético montaje. Si el “Guerrero de la carretera” tenía 120 cortes ésta tiene 2.700.

Miller recupera la violencia física de las escenas de acción de las películas del cine de los 70. Los efectos especiales no convierten la acción en un espectáculo de fuegos artificiales abaratando la extraordinaria realización de Mad Mad. Rodadas in situ por especialistas incluidos los propios protagonistas las impactantes escenas de acción fueron grabadas con “cámaras basura” como él las llama, de usar y tirar, que colocó en los sitios más inverosímiles para conseguir las imágenes más impactantes.

Repite John Seale, director de fotografía, que fotografía la película con una intensa paleta de rojos y azules. Y Guy Norris, al mando de la segunda unidad, doble de acción de Gibson en el primer Mad Max. “Fue como juntar a la misma banda y si funciona para los Rolling Stones, también funciona con nosotros”, afirma Miller.

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