Vicente Aranda, pasión irrenunciable


Aranda, una pasión irrenunciable

Un hilo conductor recorre el cine de Vicente Aranda, la pasión incontenible y desbordada que se interpone a los intereses materiales o las convenciones sociales

 

La primera vez … con Aranda

 

El cine de Vicente Aranda tiene un hilo conductor que recorre toda y cada una de sus películas, en mayor o menor medida: la pasión.

Desde “Fanny Pelopaja”, “Clara es el precio”, “La novia ensangrentada”, a “La pasión turca”, “Amantes” o “Juana la Loca”, cada guión que el director barcelonés abordaba tenía como tema principal la pasión incontenible que se antepone a los intereses materiales o las convenciones sociales.

Decía que cualquiera que haya sufrido de pasión ha salido, necesariamente, mal parado, pero que aunque resulte destruido física y psíquicamente, nunca renuncia a haber vivido lo que ha vivido, e incluso “empieza a mirar a los que no han pasado por ese trance como seres defectuosos”.

Tan es así, que Vicente Aranda convierte valores como la seguridad o la necesidad de terreno firme, en valores despreciables, entiende la inseguridad como una virtud y una ventaja. Sus personajes desprecian que todo tenga un precio, imponiendo que hay cosas que ni se compran, ni se venden. Sintetiza así la pasión como un valor revolucionario que somete la razón al corazón y se revela ante el sistema moral propio del beneficio capitalista.

Vicente Aranda convierte el principio lorquiano de “ni pasión sin verdad, ni verdades sin pasión” en un destino que inevitablemente acaba en tragedia. Las grandes pasiones “no se pueden resolver de otra manera”, porque “si se resuelven de otra manera son un engaño”.

“La pasión es irrenunciable, ¿no?, pues la vida es irrenunciable también”.

Las mujeres son sus protagonistas por excelencia, el principal vehículo y expresión de la pasión. Mujeres tan distintas como Carmen, Juana la Loca, las libertarias de la guerra civil… tal y como explicaba en una entrevista para Foros21 tras una tertulia en el Ateneo XXI en el 2001, Aranda veía en la mujer castradora a la mujer no sometida.

Vicente Aranda no pretendía construir con su cine, ni contar nada. Quería “deshacer” un poco el mundo y hacer preguntas con sus películas, “sin seguridades”. Una concepción revolucionaria del arte que, por sí misma, es un torrente vital de transformación de la moral dominante.

Nuestro más sincero homenaje.

Ateneo Madrid XXI, mayo 2002

En 1987 no existía Foros21 y todavía habrían de pasar casi 14 años para que nacieran los Ateneos XXI, pero una compañera de esta casa formaba parte de la redacción del Arma del Pueblo, la revista de Unificación Comunista de España en aquel entonces. Balma Grau entrevistó a Vicente Aranda para el Arma del Pueblo, en octubre de ese año, a punto de partir hacia Andalucía en búsqueda de localizaciones para la segunda parte de “El Lute”.

 

La mujer es la protagonista es la mayoría de tus películas. Hablas de dos prototipos de personajes femeninos: la mujer castradora y la mujer violada. Y dice que prefiere la castradora. ¿Qué rescatarías de cada una?

Yo veo en la mujer castradora a la mujer no sometida. También puede ser peyorativo el prototipo de mujer violada ¿por que violada? Porque desea ser violada o se somete a la violación. Es un prototipo recurrente en la pintura naif y en la literatura. En un gesto de sinceridad digo que me interesa más la mujer castradora porque admito un complejo de culpabilidad por ser hombre y de alguna forma de desear ser castrado que es una suerte de autocastigo.

Almodóvar y Fassbinder también de manera recurrente se centran en personajes femeninos, ¿qué tenéis en común?

Almodovar lo que resalta es la mujer en mayúscula, en cambio yo hago una introspección. En Juana planteo esas contradicciones de forma explícita. Yo le decía a Pilar que era cuestión de mantenerse siempre cerca de la línea divisoria entre lucidez y locura. Si me pregunta que es lucidez y qué es locura yo no lo se, lamentablemente o por fortuna, yo vivo muchos años en esa indeterminación y me siento muy a gusto en ella.

Fassbinder me parece más analítico, algunas descripciones de mujeres son muy afiladas o muy eficaces, creo que tampoco intenta  definir nada con mucha claridad sino que establece sus propios interrogantes. Madame Bovary es una descripción de la mujer impresionante. Hace poco tropecé con unas cartas de Flaubert a una amiga mientras estaba escribiendo Madame Bovary y confiesa que cuando llega el momento en que, Enma se envenena, suspendió la literatura, porque vomitó varias veces, o sea, que psicológicamente él llega a a envenenarse también, el arsénico hace efecto virtual en él. Es una buena lección de cómo se escribía cuando se escribía bien. El tenía unos interrogantes y los plantea.

A mi me parece que hay una entrega pseudoartística que consiste en darle a una manivela y caben igual zapatos , que chorizos, películas, novelas, de todo. Pero que para que una cosa tenga eficacia , no es que tenga que tener claridad , lo que tiene que tener es sinceridad.

Muchos de tus personajes ponen en cuestión una serie de valores establecidos como la seguridad, y el desprecio a todas las cosas que tienen un precio. Los personajes imponen que hay cosas que ni se compran ni se venden ¿Haces un cine contra esos valores de manera intencionada?

Empieza a ser intencionado cuando me doy cuenta de eso, y sí hace tiempo que me he dado cuenta. Me alegro que lo reconozcas tú y sí es excepcional, la inseguridad, la falta de terreno firme, no como un defecto sino una virtud, la inseguridad no como un agravio sino como una ventaja. Hay otra cosa muy evidente y sobre la que nunca me dicen nada y es la ausencia de religión en el cine que yo hago y es porque a mí no me interesa hablar de eso. Pero es significativo incluso en Juana donde la religión debería estar presenta, nadie echa de menos al Cardenal Cisneros. En esa historia su papel fue muy importante pero yo lo he sacado.

Las grandes pasiones de tus películas se desarrollan de forma muy antagónica y terminan siempre en tragedia. ¿Siempre debe ser así?

No se pueden resolver de otra manera, de lo contrario sería un engaño. El cine americano es capaz de dejar colgadas en el aire a dos suicidas como ocurre en Thelma y Louis. Habría que juzgar al director por hacer esto.  ¡Si en Titanic hacen resucitar hasta el barco para tranquilidad de la conciencia del espectador! Piensan que la audiencia es tonta y que no se merece otra cosa y por lo tanto son realmente dignos de un proceso.

Cuando voy al cine de cien veces noventa están mintiendo. Yo procuro no mentir. la pasión es irrenunciable ¿no?, pues la vida es irrenunciable también, pero la vida te destruye igual que la pasión. Lo cierto es que el único optimismo que podemos tener es el del vitalismo que nos inspira la vida, es decir que a pesar del fin nefasto al que estamos destinados. Es el impulso de vivir la vida , lo decía Lorca ” que me voy a morir, se acabaron las nubes, los pájaros, los árboles…” También lo dice Tolstoi, es una perspectiva terrible del ser humano.

No tenemos que engañar como hacen los americanos y decir que se han ido en lugar de que se han muerto. Se han muerto y algunos se han muerto con mucho dolor. Es la intención lo que me molesta, la intención es aviesa, es perversa. Me parece malintencionado, que tiene la intención de engañarte… A mi me molesta hasta Chaplin  cuando se va con la chica dando el mensaje de esperanza.

¿Qué es lo que quiere contar Vicente Aranda con sus película?

En cuanto a mensajes, lo siento – la cita no es mía- pero “yo no soy cartero”, yo soy director de cine. Es una reflexión que yo hago y que si alguien quiere correr conmigo  pues encantado y si no que se la va hacer. Yo no tengo la menor intención de construir el mundo, si lo puedo deshacer un poco me quedaré más contento. Mis películas son interrogantes, son resultado de mis propias contradicciones. Hay gente que está muy segura de o que está pasando en Afganistán; yo no. Nos desinforman continuamente, la característica más evidente, clara y definitiva del mundo actual es la desinformación y no la información. Siento que se me acumulan las cosas, que me caen encima las cosas y no tengo ni animo ni capacidad para discriminar algo porque como se discrimine algo resulta que entro inevitablemente en una complicidad , en una fanatismo y prefiero mantenerme ahí. Tengo un almacén de reservas infinitas y no quiero cambiar. Se puede vivir así, recomiendo vivir sin seguridades.

 

 

 

 

 

 

La pasión es tan irrenunciable como la vida

No tengo intención de construir el mundo, si lo puedo deshacer un poco me quedaré más contento

Filmografía

  • Brillante porvenir (1964)
  • Fata Morgana (1965)
  • Las crueles (1969)
  • La novia ensangrentada (1972)
  • Clara es el precio (1974)
  • Cambio de sexo (1977)
  • La muchacha de las bragas de oro (1979)
  • Asesinato en el Comité Central (1982)
  • Fanny Pelopaja (1984)
  • Tiempo de silencio (1986)
  • El Lute: camina o revienta (1987)
  • El Lute II: mañana seré libre (1988)
  • Si te dicen que caí (1989)
  • Amantes (1991)
  • El amante bilingüe (1992)
  • Intruso (1993)
  • La pasión turca (1994)
  • Libertarias (1996)
  • La mirada del otro (1998)
  • Celos (1999)
  • Juana la Loca (2001)
  • Carmen (2003)
  • Tirante el Blanco (2006)
  • Canciones de amor en Lolita’s Club (2007)
  • Luna caliente (2009)
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