José Hierro. Premio Cervantes 1998


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Tenía que dar testimonio  de aquello porque es lo que duele

 

Todo en este poeta nos llama considerarlo como uno de los nuestros. Desde la pasión con la que nos recitó sus versos para la humildad y naturalidad de sus gestos y palabras. Abrió para todos una ventana al arte verdadero y vivo, indigerible para la actual línea de estandarización de la cultura.

Se canta lo que se pierde , lo decía Antonio Machado y nos lo recordó José Hierro.

Miembro de esa generación perdida que vivió el fin de la II República, la guerra civil y el franquismo, su poesía es un intento de reconstruir un mundo que ya nunca sería el que tenía que haber sido.

Él mismo nos contó como hay un tiempo feliz que es cercenado. Que luego se recobra pero que ya no se reconoce. Es una pérdida vital, marcada en toda una generación.

“Tenía que dar testimonio de aquello, porque eso es lo que duele”. El compromiso de un hombre que pasó cinco años en las cárceles franquistas y que no se resignó a la desolación de la posguerra.

Pero se trata de un compromiso que busca los lazos subterráneos con la gente, con la realidad y con un tiempo histórico y físico.

Allí donde duele.

No sirven esquemas superficiales y tranquilizadores. Hay que darle la cara a la realidad, mucho más compleja y a veces espesa.

En primer lugar está la libertad del creador para decidir su propio camino.

Aquel que escribió “serenidad, tu para el muerto, que yo estoy vivo y pido lucha“, declara que “no me gustan los sectarismos de derechas ni de izquierdas que quieren ordenar al poeta lo que tiene que decir”

Lo único que nos negó Jose Hierro fue una definición de poesía. ” Sólo se puede definir la geometría. La poesía es la paradoja, decir aquello que no se puede decir“.

Por eso declara” sentirse a gusto en el país de los mitos. El poema nace de una emoción de una intensidad. Pero no se sabe entonces de que va a constar. De manera que el poema te lleva donde no sabías que querías ir, como el perro lleva al Lazarillo”.

Jose Hierro es heredero directo  de la Generación del 27. Y bebe de esas fuentes que van desde Lope de Vega ( ” en sus versos es donde más he sentido la presencia física del ser humano”) a Machado o Ruben Darío.

” Estos tres poetas además de gustarme me intrigan. Me gustan los poetas con un escalofrío temporal” El arroyo llega hasta Lorca, Alberti o Alexandre.

Con estos mimbres José hierro consigue una voz personal. Conjugar los mismos elementos de que disponen todos a una manera diferente a cada uno. Y presidida por un filo. ” No hay dos palabras que tengan el mismo sentido. Cada una tiene su matiz y es insustituible. El poeta sabe que una palabra es más adecuada que otra. ”

Pudimos disfrutar de su voz al leer varios poemas de su último libro “Cuaderno de Nueva York”.

“Lorca escribió de una ciudad que le era desconocida, pero para mí Nueva York ya no era un extraño. ahora ya tenemos una imagen de ella. Por eso estaba en NuevaYork pero hablaba de mi  país y de mis gentes, que es de lo que siempre hablo. ”

Mi próximo libro será una edición ampliada de este, que parte de un poema que escribí hace ocho años. En este poema trato de explicar el esqueleto a través de tres tipos de culto a los muertos: el de México , el de EEUU y el de España. con todo ese lío, quiero dar una idea de la muerte vista como carnaval, como ritual”.

Una España que definió con la palabra insustituible. ” Este es un país muy raro”. Efectivamente, raro por inclasificable. Raro porque no puede ser digerido por águilas ni tiburones.

Cuando la cultura se jibariza a un estándar en inglés o a una fachada hueca o desnaturalizada, es raro encontrar un creador tan pétreo y tan lúcido al mismo tiempo.

 

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